Resuuuulta que cuando venía para acá en burro, me crucé con una laguna empantanada y el burro se quedó allí, atascado. Para colmo se empezó a hundir. Yo sabía que estos animales corajudos no se ahogaban así nomás. Sin embargo, estaba cada vez más hundido y finalmente la cabeza le quedó bajo el agua. Entonces me quedé tranquilo, porque todos sabemos que lo más sensato, cuando se está bajo el agua, es no respirar. Si uno respira, se ahoga. ¿Qué hizo este burro imbécil? ¡Se puso a respirar! Después de diez minutos con la cabeza bajo el agua, ¡no tuvo mejor idea que respirar! Yo le decía, desde afuera: "¡Burro, no respires! ¡Si respirás te ahogás!". Pero nada.
Noticias: los burros se ahogan. Prefieren respirar y que sus pulmones se llenen de agua, antes que aguantar la falta de oxígeno. Díganme si eso no es una auténtica burrada.
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