Pero varón, ¿cómo lo vas a dudar, macho?
¿Vos no me conocés?, ¿no me sacás? ¡Soy yo, padre!
Mirá, escuchá y después me decís si no me reconocés: "¡Vamos, Robin, a la baticueva, tritri!"
¿Ahora sí, master?, ¡claaaaro, claro que soy yo! El hombre murciélago, carajo, viejo y peludo nomás.
¿Ah, no sabías?, ¿en serio?, ¡por supuesto que soy argentino, che!
Lo que pasa es que me fui unos años a hacer la américa, ¿vistes?
Pero ahora ya estoy grande para andar cagándome a trompadas con los mamarrachos esos que me querían mojar la oreja y aparte la batisoga ya no me aguanta como antes y dos por tres terminaba culo contra el piso, así que pegué la vuelta.
Por eso estoy tratando de comprarme una casita con terrenito al fondo por la zona de Floresta, así que se me ocurrió que tu aviso para hacer una permuta me venía batijoya, capo.
Yo no tengo una propiedad, pero me traje el batimóvil. Mirá que éste nunca fue taxi ni le puse genecé, está chiche chiche.
Además es el modelo full, eh, el de Tim Burton, no la garcada esa que usaba en la tele. No, viejito, este es el del cine.
Mirá las llantes que tiene, loco, fijate que espacioso es el baúl. Además apenas si tiene setenta mil kilómetros, apenas unos rasponsitos por algún roce con helicópteros y misiles, pero le pegás una pincelada y listo.
Aire, sistema de sonido dolby, abajo le puse luz fluorescente, asientos ejectores con tapizados de cuero, volante deportivo con comandos antitanque de fábrica, rompenieblas y hasta te lo dejo con unos chiches que me quedaron de la época que transaba con Gatúbela.
¡¿Cómo no me vas a permutar tu casucha por esta máquina, papá?!
Mirá, hagamos una cosa, tío. Asesorate bien con alguien que sepa, que yo te pego un batitubazo mañana a ver si hacemos negocio. ¿'stamo o no 'stamo?