Ya era hora de que alguien, en lugar de requerirle algo a Google, lo utilizara para darnos útiles consejos, fruto de su experiencia.
¿Qué tal si todos hacemos lo mismo y, en vez de presentar nuestras quejas, dudas y desesperaciones, nos sentamos un rato a hacer más fácil la vida de Google, dándole valiosa información empírica sobre el mundo? Eso contribuiría a que no se despiste tanto cuando nos conduce grácilmente hacia el objeto de nuestra búsqueda.
Sin ir más lejos, hoy aprendí -a través de la dolorosa experiencia personal- muchas cosas que me gustaría contarle al mundo. En una de esas, se lo cuento a Google para que se curta:
"Si pateas sin querer un trozo de leño con los pies descalzos, duele (en los pies)"
"Si provocas a los perros peligrosos del vecino arrojándole salsa picante en los ojos, éstos -aun ciegos- atacan furiosamente con sus dientes. Si apareciese el vecino, también te atacará con los dientes."
"Si llenas el inodoro de piedras y luego aprietas el botón de desagüe, en el primer intento las piedras no se moverán y el agua te inundará el baño. En el segundo intento, el inodoro explotará, habrá fuego, azulejos rotos y gritos espantados"
"Si permites que un hombre de ciento cuarenta kilos se pare sobre tu cuello como punto final de una riña a causa de que tú le has dicho a la novia de dicho hombre que es un pescado, y luego decides ir a un autocine donde dan una película muy interesante de ovnis y de zombies pero tuviste que quedarte muy cerca de la pantalla, de manera tal que tu cuello debió permanecer dos horas en una posición antinatural, y luego te vas a hacer yoga ultratántrica combinada con Kung Fu Violento y te ponen una prueba que consiste en golpearte el cuello repetidas veces para "hacerte hombre, carajo", y más tarde te duermes en un banquito con la cabeza colgando, tu cuello permanecerá dolorido por largo tiempo y no podrás levantar la cabeza para mirar hacia arriba; tu jefe te llamará del trabajo, te dirá 'Mux, míreme a los ojos cuando le hablo', tú no podrás hacerle caso y serás despedido"
"Si participas de una competencia de "a ver quién se traga más carozos de aceituna" cuyo premio consiste en
un par de guantes de látex, y tus rivales boicotean tu talento poniendo enormes carozos de durazno entre los de aceituna, y tú, confiando en la buena fe del jurado tragas uno tras otro los carozos hasta que das con el más grueso, que queda empantanado entre la úvula y la lengua; y dejas de respirar y te pones violeta,y observas que la competencia se ha detenido y todos -incluido el jurado- te rodean, riéndose ruidosamente, y te señalan con lágrimas de risa, diciendo "te vas a morir, pelotudo", y tú no puedes responderles como se merecerían por falta de oxígeno -utilizando la patada al cuello que has aprendido en Kung Fu Violento- ; si se da esta cadena de circunstancias -bastante probables, por cierto- debes procurarte de un tenedor de dos dientes, metértelo en la boca, hacer palanca teniendo cuidado de que cada uno de los dientes del tenedor quede a cada lado de la úvula; luego haz presión para sacar -o para meter- el carozo y trata de tomar aire. Mientras respiras, chequea la posibilidad de golpear al más jocoso de tus rivales; luego, entre el maremoto de risas, dales una lección que nunca olvidarán: toma todos los cuencos con carozos de aceituna y trágatelos, demostrando quién es el más capo. Finalmente, reclama tus merecidos
guantes de látex"