Resulta que el domingo The Bug me mandó un mail preguntándome por qué últimamente andamos tan escasos de publicaciones en este blog. Yo le contesté -sorprendido- que si andábamos escasos era porque él no se ponía las pilas y que por favor tuviera la decencia de publicar algo en esta semana. Él me dijo: "
¡Bueno, pero si yo publico, vos no publiques nada. Estoy harto de que yo ponga un post y vos a los cinco minutos... ¡pumba! posteás algo y mi publicación nueva queda abajo! Como si estuvieras esperando a que yo publique para que a vos se te ocurra algo" Le contesté que, la verdad, para la calidad de lo que venía posteando últimamente lo mejor era que apareciera una publicación mía como 'refuercito' de la suya. "
¡Ah, claro, habló el señor ingenioso!" ,contestó The Bug. "
Todos sabemos que el público me ama a mí... ¡Yo soy el Susano Giménez de este blog! Vos sos -bah, eras- una especie de colaborador a quien le tenía cierta estima". A todo esto, por culpa del ruido virtual que hacía nuestra discusión, Unser escuchó y nos mandó un mail a ambos diciendo que si no estuviera él para publicar algo cada vez que nosotros nos "hacemos los divos" en nuestro "camarín virtual donde tenemos maquilladores virtuales y especialistas en arreglos florales virtuales", el blog estaría quieto durante mucho tiempo. No pude soportar estas afrentas, y los desafié a que en el transcurso de la semana publicaran algo "si es que se les caía alguna idea". The Bug respondió que no hacía falta que él publique, porque ya que yo soy "una especie de capocómico virtual" me las puedo arreglar solito. Le dije que no iba a publicar nada hasta que él publique, y él le pasó la pelota a Unser, acusándolo de traidor, mal amigo y maloliente. "
Lo del hedor en mis axilas y en la entrepierna es algo con lo que vengo lidiando desde muy chico. Es muy bajo de tu parte que apeles a eso", contestó Unser. Después tuvieron un feroz intercambio con acusaciones acerca de enfermedades y miserias personales, escándalo en el que me vi envuelto. Salió a la luz la feroz adicción de Unser por el estudio de los pájaros; la enloquecida fruición de The Bug por los culos y los camiones, y se sugirieron aberraciones entre las berenjenas y yo.
Hace un par de días les mandé una carta documento a estos dos sinvergüenzas para que publiquen algo o abandonen el blog. Ellos presentaron un recurso de amparo, y llevaron el caso a la cámara federal de apelaciones. Mis abogados ya han tenido varios encontronazos (verbales y pugilísticos) con los suyos. He recibido llamados anónimos; me han querido golpear en la calle y me han enviado mails con amenazas. Un juez de la Corte Suprema, impresionado por este caso, quiso intervenir. Veremos qué pasa.
Eso sí, mientras tanto, no esperen demasiado de este blog.
Los mantendré informados. Si es que The Bug no me cambia la contraseña o algo así.