mansiones o castillos de terror para cenar

En Europa se ha puesto de moda algo llamado "masoquismo culinario".
Básicamente, consiste en salir a comer a lugares donde todo lo que ocurre alrededor atenta contra el apetito. Incluso la comida misma.
El masoquismo culinario es un lujo que se dan los europeos acaudalados y aburridos de la vida.
Es frecuente que una pareja adinerada concurra a un clásico castillo medieval devenido en restaurante temático, pida un plato muy simple como arroz o papa (la comida es sólo una excusa) y, cada vez que cualquiera de ellos levante el lujoso tenedor de plata para llevarse algo a la boca, un tropel de monstruos surja repentino desde abajo de la mesa, sobresaltando a los comensales. Estos últimos, lejos de amedrentarse -y reponiéndose del susto inicial- logran volver a la ecuanimidad y, en cuanto se relajan tomando una copita de vino súper añejo, son atacados por fantasmas y vampiros. Y así, en una sucesión de eventos adrenalínicos que van desde el brevísimo sobresalto hasta el julepe galopante.
Según el castillo que se elija, hay una variedad de experiencias terroríficas para interrumpir la cena. Están los que ofrecen terror liviano y clásico (fantasmas, vampiros, monstruos), y también están aquellos que culminan la cena con baños de sangre, rituales satánicos (en los que se presenta el mismo Demonio) y descuartizamientos.

Se sugiere ir a estos lugares habiendo cenado algo previamente.