Una medida de lo exitoso que puede ser uno la da el hecho de encontrarse desvelado por la noche o haciéndo limpieza en el desván un sábado por la mañana y descubrirse pensando: "¿qué carajo hago con todos los trofeos, medallas y copas que gané recientemente, por ejemplo, durante la última semana?".
Cuando en vez de cuadros familiares las paredes están llenas de placas y diplomas, cuando se utiliza una copa dorada para depositar en el baño los cepillos de dientes, cuando en vez de un frisbi el perro juega con un plato conmemorativo, es porque es hora de hacer algo con todos esos trofeos.
Y ojo, que hay que tirarlos en bolsas separadas y sin mezclar con la basura común.
Por ejemplo, una medalla olímpica, que se entregan cada cuatro años, demora también cuatro veces más en descomponerse que un premio Nobel, que es anual.
Viaje a Cuzco
Hace 10 años
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Genial!! Generalmente, los trofeos se destacan por su ambiguedad, porque te dan honor a vos a los ojos de los demás, pero repudio a uno mismo porque ocupan lugar y uno no sabe que hacer con ellos.
Definitivamente esa busqueda no la hice yo. El único premio que llevé a mi casa fue una canasta de productos de limpieza y la gané en una rifa.
El único premio que gané en mi vida fueron 2 entradas de cine para ver "Pinocho", yo tenía 7 años... lo gané porque adiviné el número que mi maestra había escrito en su mano...
en realidad recordaba el número preferido de ésta (?) que se lo pasaba diciendo como la gran cosa!!
Jaja! Tal cual... Esos trofeos y diplomas que uno no sabe dónde catzo meter... Pero no da tirarlos...
¡No los tiren!
Dónenlos a aquellos que nunca ganamos un trofeo
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