agua de mi pecera es blanca

A poco de que mi hermano viniera de nuestro pueblo a mudarse a mi departamento, para iniciar sus estudios universitarios, sospeché que andaba en algo raro.
Tal vez no me gustaban sus amigos, tal vez sea que lo veía entrar y salir del departamento a horarios extraños en compañía de gente más extraña aún, pero el hecho es que sabía que esto iba a ocurrir algún día.
Por eso, cuando entraron los policías para allanar la casa y buscar no se que cosas, no me sorprendió en lo más mínimo.
Mi hermano, al contrario del caracter nervioso que tiene todo el tiempo, estaba muy tanquilo, casi como disfrutando con impunidad el momento, visiblemente confiado, como si supiera o le hubiesen avisado que esto iba a suceder.
Cuando se fue la policía, enfadada por los resultados negativos de sus requisas, revisé el estado deplorable en que dejaron el departamento.
Al ver mi pecera con el agua blanca como la leche, supe de inmediato que mi hermano había logrado deshacerse de las pruebas y que la policía no había sabido buscar en el lugar indicado.