Él sabía, antes de casarnos, que yo era una mujer muy difícil de conformar. Yo no soy para cualquiera. Mi sofisticación tiene su precio.
No me importa que él tenga que deslomarse en el trabajo para darme todos los gustos. Al fin y al cabo, me tiene, y si no me sabe mantener, bueno, tendré que buscar un mejor partido, o que busque una que sea menos exigente. ¿Que soy frívola? Sí, y glamorosa, y hermosa, y divina y codiciada. ¿Acaso no le gustaba tener una mujer codiciada? Ahí tenés, que la sepa cuidar entonces.
Yo siempre fui de zapatos caros, ropa de diseñador, peinados exclusivos, fragancias importadas y una vida social muy chic.
El otro día me dijo: "¿no querés también un negro que te apantalle?".
Lo pensé. Hmmmm... un negro que me apantalle...
La verdad es que sí, también quiero.
Usando el irrestible recurso de hacer pucheritos, le voy a pedir a mi gordi que me consiga uno.
Viaje a Cuzco
Hace 10 años