lunes, 6 de octubre de 2008

se me desaparecen las joyas

-... y esa es toda la historia, Romualda: ¡adios a las joyas!
-¿y vos sospechás de ese hombre, Marucha?
-¿De quién mas, si no? Él fue quien me alzó, me tomó con sus manos, me acarició deliciosamente, me distrajo, palpó mis cavidades...
-Te metió mano, bah.
-Si lo querés ver de esa manera... ¡mirá que sos víbora, eh!
-Bueno bueno, che, no te lo tomés así, pero, ¿vos estás segura que fue él?
-Mirá, yo seré bivalva pero no boluda. Me usó: cuando me sacó del mar todavía estaba, pero cuando me devolvió al agua con las otras ostras, la perla ya no estaba.

7 buscadores apelaron:

Vachi dijo...

Una delicia de sutileza
:)

Pd ¿Soy yo o uds padecen cierta debilidad por las cuestiones oceánicas?

:)

Mar dijo...

Eh? cómo? ah no nada, estaba leyendo y me distraje.

Mafa dijo...

¡Qué perlita, marita!


No me pida más no me funciona una sola neurona máss...


offffff.

unServidor dijo...

-Perkins ¿ha visto ud? Ultimamente se me desaparecen las joyas.
-¿la señora me está queriendo decir algo?
-Sí, Perkins. Quiero que las busque.
-Ah, ejem, por supuesto señora... ¿Alguna sugerencia para empezar?
-Si, consulte Google. Me dijeron que es un buen buscador.

Anónimo dijo...

Que conch*das!!!

Anónimo dijo...

Una ostra llamada Romualda!!!
jajaaaaaaaaaaa hasta me causó ternurita, che.

The Bug dijo...

S*bana, acá no hay necesidad de cens*ra.