rituales para que se vaya una vecina

¡Esta doña Cora!
Viene a pedir un saquito de té y se queda una hora contándome lo lindos, inteligentes y exitosos que son sus hijos.
A veces se entusiasma y no mide el paso del tiempo.
El otro día, por una taza de azúcar, se quedó todo el día.
Y anoche vino a pedir dos huevos para la cena.
Se quedó a cenar en casa, se fue a dormir al cuarto de huéspedes; estuvo toda la mañana dándome charla y, en resumen, ya lleva dos días de inesperada visita.
"Doña Cora, salgo a hacer las compras", le dije hoy a la tarde. Ella se estaba bañando en mi ducha. Apenas salí de casa, no fui al supermercado, sino a lo de la bruja. Por ahí me daba unos gualichos para evitar vecinas pesadas.
Hete aquí la noticia más desconsoladora: la bruja no estaba más en el barrio. Le habían quitado el título de licenciada en parapsicología porque, según me dijeron unos hombres de negro apostados frente a su puerta, "combinaba la magistral e irrefutable ciencia de los oráculos con la impúdica y metafísica magia negra"
Estoy desesperada.
A ver si en el locutorio de internet me pueden dar una solución...