Bienamado líder del planeta, nosotros -tus súbditos- te adoramos.
No somos dignos de que nos creas, pero puedes confirmarlo de nuestros labios, en la televisión o por intermedio de nuestro oráculo Google.
Todas nuestras pertenencias son tuyas, nuestra vida está en tus manos y la tuya en nuestro corazón.
Desde que llegaste del espacio y te apropiaste -con nuestro consentimiento- de nuestro planeta, eliminaste a todos los que se te oponían -para nuestro beneplácito- y quemaste nuestros campos y mataste nuestro ganado -para nuestro beneficio- no podemos menos que honrarte y agradecerte.
A nosotros, los humanos, nos encanta vivir en un baño de sangre, miseria y dolor, porque nos enseñaste con tus sabios látigos que eso es lo que necesitamos, amado Kroll.
¿Comida?, ¿para qué? Si con tu amor infinito y tus castigos merecidos alimentamos el alma.
Deja pues esas armas y apaga ya ese escudo ultraelectromagnetocuántico que te protege, benefactor de la humanidad toda.
Todos te queremos, amo Kroll.
Ven, deja esas cosas en tu magnífica morada y baja con tu pueblo, que te vamos a enseñar como saludan los humanos, ahí vas a ver lo que es lindo.
Viaje a Cuzco
Hace 10 años