no hay enano bueno

Buenas tardes, damas y caballeros.
Hoy comenzaremos el ciclo de exposiciones medicocientíficas acerca de los problemas del enanismo. Como director del Centro de Investigaciones Médicas para Petisos de la universidad de Connecticut, puedo hablar en nombre de los cientos de especialistas sobre Baja Estatura que trabajan en mi facultad de investigación.
Ustedes estarán al tanto del descubrimiento más crudo de nuestros años y años de trabajo: los enanos son personas malvadas y mezquinas. Todos, sin excepción.
¿De qué otro modo podemos calificar su actitud? Cada vez que nos traían un enano para hacer experimentos, éste se retorcía y chillaba si le sacábamos sangre, si le tomábamos un cultivo, si le inyectábamos drogas experimentales o si simplemente lo dejábamos en su jaulita, a pesar de la alfalfa, el alpiste y el cuenco con agua. No hablemos de los enanos que nos escupían, nos orinaban o nos recitaban de memoria -y con gran fluidez- la carta de los derechos humanos.
Por todo ello, ahora nuestros estudios han tenido un giro enorme: ya no nos especializamos en investigar las causas del enanismo; nuestro énfasis está puesto, ahora, en la investigación de los mejores medios para aplacar con rebencazos a un enano retobado.