Esto me pasa por meterme en este castillo de mierda.
Desde que vine a buscar a mi padre para rescatarlo de las garras de esta horrible Bestia que no dejo de renegar.
Y mirá que me decía a mi misma "Bella, dejalo a tu padre ahí, que tan mal no la debe estar pasando". Pero no, tuve que venir a buscarlo, la muy boluda que soy.
¡Para qué!
Primero me apareció ese candelabro pedorro llamado Chevalier a sacarme conversación. Después ese reloj bigotón que se hace llamar Ding Dong -el muy trolo- se me viene a hacer el cocorito.
Y siguen los platos, las sillas, los placares, las copas, ese pocillito de cuarta que no se me despega un instante.
¿Es que todo habla, camina y tiene vida acá?, ¿no me podría haber tocado un castillo amoblado como la gente?
No dejo de discutir un instante con la vajilla o con los muebles.
Encima el Bestia ese, príncipe aliento de cebolla, se hace el misterioso conmigo.
¿Qué es ese ruido?
¡Otra noche que no voy a poder dormir! De nuevo se armó piña en la cocina.
¡Eeeeh!, ¡Páren un cacho que ya tengo las ojeras por el piso!
Sartenes de mierda, ahora va a saber quien es Bella... tengo que encontrar algo para que de una buena vez dejen de hacer quilombo, las desgraciadas.