anecdotas graciosas en la abogacia

Periodistas, taxistas, peluqueros y abogados compartimos una misma características: somos como imanes para las anécdotas graciosas.
Bah, graciosas para nosotros. Para nuestros clientes no tanto.
Hace años que soy abogado, pero nunca había recibido en mi estudios tantos casos raros juntos como los he recibido esta semana.
Si tuviera que elegir entre el caso del viejo que vino para iniciarle una demanda al cartero de su zona porque lo encontró revisándole el buzón de la esquina que según él había comprado, el del gerente del banco que me pidió que le ayude a hacer frente a las demandas que le están llegando porque uno de sus empleados llenó un cajero automático con billetes de plástico o el del tipo que vino a saber si podía demandar a otro porque cuando lo quiso estafar resultó burlado y le entregaron billetes falsos, no sabría con cual quedarme.