viernes, 2 de febrero de 2007

enganché pene cierre

Labios apretados, una lágrima aflorando entre los párpados.
La lengua presionando con fuerza el paladar, dolor, mucho dolor.
Una leve mirada abajo y un frío metálico recorre los nervios al ver un bultito, apenas un montoncito de piel asomando entre los dientes del cierre del jean.
"¡Dale, dale, dale, dale!", piensa como puede, abducido por el dolor.
Otra mirada y dos lágrimas que se arrojan desde las mejillas hacia los muslos.
"¿Qué hago, Dios mío, dale, por favor, agh, dale, dale, dale..." ruega al Google.
Ya no aguanta más, el pánico lo invade y sólo la imagen de sí mismo conduciendo hacia el hospital con el pito en el cepo, bajándose del auto encorvado y luego tratando de disimular en la sala de espera ante la mirada de los demás pacientes le evita salir corriendo y dar el honor por perdido.
"¡Que lento que sos, Google, no aguanto maaaaaaassss..."
Pero de lo que más se lamenta es haber sido tan amarrete, seguir con el modem de 28800 y no haber puesto la puta banda ancha.

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