Esto es pensar en el negocio. Cuidar todo sin dejar cabos sueltos.
Basta de "buenos días, doña Romualda", "¿cómo lo trata el calor, don Agustín?". Necesitamos algo con más chispa.
Por ahí empezaremos, por ser algo más graciosos.
No te digo poner un taburete detrás del mostrador, un spot apuntándonos al cuerpo, vestidos de esmóquin y montar una especia de stand-up. Por ahí lo del baterista que festeje los chistes con dos o tres golpes de tambor podría ser.
Y después, cuando prenda la iniciativa, deleitaremos a nuestros clientes con imitadores, lanzallamas, fakires, magos, encantadores de serpientes y domadores de pulgas.
Si con eso no levantamos las ventas, le agrego un limpiavidrios al equipo y nos vamos con la troupe a ganarnos el mango en un semáforo.
Viaje a Cuzco
Hace 10 años
0 buscadores apelaron:
Publicar un comentario